Consejos para celebrar las Navidades al lado de nuestro perro
VANESA CARBONELL, educadora y entrenadora canina en Diéresis Animal.
Últimamente nos llegan muchas consultas de dueños de mascotas preguntándonos qué hacer con su perro durante estas fiestas. Si viene toda la familia a casa de cena, si hay petardos y música alta… ¿lo encerramos en una habitación?, ¿lo dejamos en un hotel canino?, ¿le dejamos que permanezca con la familia?
La respuesta como casi siempre es relativa, ya que dependerá de cómo sea nuestro perro y en qué medida tolere todo este tipo de estimulación. A rasgos generales, lo que debemos tener en cuenta es que un solo día de experiencias negativas puede llevarnos a consecuencias a largo plazo, como por ejemplo un perro que sea agobiado por niños uno de estos días señalados, sin supervisión de un adulto –ya que todos estamos inmersos en charlar con la familia y amigos– y eso le genere un aprendizaje de “los niños son peligrosos”.
Pongamos varios ejemplos:
Si nuestro perro es más bien tímido con las personas, lo ideal sería poder tener un lugar de la casa destinado a que pase esos momentos tranquilo, evitando así que personas que no conoce intenten acariciarlo o se aproximen demasiado a él. Pero la solución no es tan sencilla; si de verdad queremos que nuestro perro llegue a estar relajado en esa habitación o espacio, deberemos “positivizarlo” con antelación – empezar hoy mismo sería una buena opción– para que llegado el día tenga un historial de aprendizaje positivo y le guste estar allí dentro. Si por el contrario, no lo positivizamos, lo más seguro es que llegado el día lo único que consigamos al encerrar a nuestro perro en una habitación sea generarle el doble de estrés: por las visitas de desconocidos y por estar solo en un lugar encerrado. Si la opción de positivizar la habitación con antelación no es posible, puede que dejar a nuestro perro en una residencia sea una buena alternativa, aunque allí tampoco dejará de estar encerrado.
Si nuestro perro, por el contrario, es demasiado entusiasta en presencia de personas, lo recomendable también sería tenerlo en un lugar apartado para evitar que se sobreexcite y termine causando algún accidente.
Y si nuestro perro está habituado a estar rodeado de personas y no es ni tímido ni demasiado excitable, por supuesto podemos dejarle permanecer y estará encantado de compartir esos momentos con nosotros y coger algún trozo de comida que seguro cae de la mesa.
Todo lo comentado anteriormente se aplicaría de la misma forma para sonidos como petardos o música elevada. Si la reacción al escuchar petardos fuera exagerada, sí que recomendaríamos dejar que el perro se esconda donde quiera, ya que aunque a veces les preparamos una habitación aislada para que los escuchen lo menos posible, algunos perros prefieren otros lugares como la bañera o debajo de las mesas.
Todas estas recomendaciones serían para utilizar a corto plazo, es decir, serían como un parche temporal; ya que si mi perro es tímido o pierde el control en presencia de personas, tiene un miedo exagerado a los petardos o cualquier otro problema, lo ideal sería trabajarlo para que deje de ser así y podamos disfrutar de más situaciones junto a él.
Otras recomendaciones a tener en cuenta durante las fiestas es tener cuidado con la comida. Es común que caiga comida o que cualquier amigo o familiar alimente a nuestro perro, pudiendo poner en peligro su salud. Recordamos algunos de los alimentos más comunes durante las fiestas y que los perros no pueden consumir: chocolate, cebolla, uvas, alcohol, café y leche.
En definitiva, si vamos a compartir las fiestas con nuestro perro, debemos ser responsables y estar pendientes de él, evitando que sea atosigado por niños o personas, controlando que no ingiera ningún alimento perjudicial y sobretodo, permitiendo que él también disfrute de las fiestas a su manera, siendo perro; aprovechando que tenemos más días libres para dedicarle más tiempo, hacer salidas al campo, realizar actividades juntos, etcétera.
Comprarle algo a nuestro perro por navidad no está mal pero solo si antes le hemos dado los regalos que verdaderamente le gustan y sobretodo necesita: tiempo y comprensión.