¿Comprar o adoptar? Cómo elegir un compañero para toda la vida

DANIEL PÉREZ, educador canino y voluntario de la @protectoralcoy

Ha llegado el día. Hemos estado hablando, valorando, sopesando… y hemos decidido, que… ¡vamos a tener un perro! Una vez sabemos que podemos afrontar el gasto que supone tener una mascota, que tenemos la disponibilidad suficiente para ella y que nuestro modo de vida permite incluir un perro, llega lo más difícil: elegir cuál será el perro que será nuestro compañero durante los próximos años.

Cuando llegamos a este punto, pueden pasar varias cosas. En algunos casos, no tenemos que elegir, puesto que la vida ha elegido por nosotros: un perrito que nos hemos encontrado, alguien que tiene una perra que ha criado y no los quiere, alguien que sabemos que se quiere deshacer de su perro… En estos casos no seleccionamos, la selección la ha hecho el destino, y ni siquiera nos hemos planteado si lo queríamos o no, nuestro corazón nos ha dejado claro inmediatamente que sí.

En el resto de casos, la mayoría, nos pondremos a buscar el que será nuestro nuevo amigo y nos haremos una pregunta: ¿comprar o adoptar? Obviamente, yo siempre voy a recomendar adoptar, por razones éticas. Hay multitud de perros en protectoras esperando un hogar de todos los colores, tamaños y personalidad, y con seguridad hay uno que se adapte a nosotros. Pero sobre todo no es necesario ni ético promover el negocio con animales sobreexplotados en la mayoría de casos, para conseguir tener cachorros.

Si hemos optado por la adopción, la mejor manera de elegir al perro será dejándonos aconsejar por los cuidadores del albergue en cuestión, explicándoles nuestro modo de vida y nuestras necesidades, y ellos nos podrán orientar sobre cuáles son los mejores para adaptarse a nosotros. Y siempre deberemos dejar de lado esos clichés que se nos meten en la cabeza: que si es mejor pequeño para un piso, que si es cachorro se hace más a nosotros…

Y ahora pasamos al lado espinoso del asunto: hemos decidido comprar un perro en vez de adoptarlo. ¿Qué raza compramos? En este caso, debemos tener en cuenta varias cosas, en primer lugar, cada raza tiene unas características intrínsecas y comunes a todos los individuos, dentro del carácter individual de cada perro. Quiere decir esto que hay unas características que son comunes dentro de cada raza y que deberemos conocerlas antes de decidirnos por una raza u otra.

¿Cuál es el mayor problema a la hora de elegir una raza? Que nos dejamos llevar por las modas. Frecuentemente hay razas concretas que se ponen de moda de repente y todo el mundo quiere tener uno, sin conocer las características de la raza ni el carácter, simplemente porque está de moda. Esto ha pasado con multitud de razas: Akitas, Beagles, Bulldogs francés e inglés, Husky, Labrador, Golden retriever y un sinfín más. El problema de estas modas, es que vienen dadas normalmente por alguna ficción televisiva que nos ha impulsado a desear esa raza concreta, basándonos en lo que hemos visto en la televisión o el cine y sin conocer el carácter concreto de la raza y si sus características se adaptarán a nuestra vida.

Lo mejor en estos casos es no dejarse llevar por el capricho e informarnos bien de cuáles son las características de la raza que queremos antes de comprarla. Si tenemos dudas o no tenemos claro si se adaptará a nuestra vida, lo mejor sería consultar con un profesional, un profesional que no sea además criador, porque obviamente los intereses comerciales van a condicionar la información que nos dará. Si nos informamos bien previamente, evitaremos muchas y desagradables sorpresas que pueden hacer que nuestra convivencia se complique, y que el tener un nuevo compañero se convierta en una experiencia difícil. Como ejemplo, y entendiendo que hablamos en general y que todas las razas tienen excepciones, podríamos poner por ejemplo a los Beagles, que son bastante comunes, y hay quien se los queda por su famoso buen carácter (que lo tienen), sin haber averiguado previamente que son perros bastante nerviosos y bastante ladradores, con lo cual necesitan una dinámica de paseos bastante amplia y mucha actividad. Por eso, no serian aconsejables para personas mayores o familias que no tengan una disponibilidad adecuada para atenderlo.

En definitiva, siempre que deseemos comprar un perro lo mejor que podemos hacer es informarnos bien, incluso de dónde lo vamos a comprar, asegurándonos de que sea un criador con reputación que nos garantice que nuestro cachorro será un perro estable y libre de enfermedades congénitas tan habituales en algunas razas. Y desde luego, huir de los perros que se venden en tiendas, la mayoría provenientes de países del este, criados horriblemente mal y cuyos padres seguramente estarán viviendo un infierno criando sin parar. También huiremos de los perros criados por particulares, que se lucran a costa de sus perros, aparte de ser una actividad ilegal.

Pero si lo que buscamos es un compañero/a de vida, un amigo inseparable y leal, lo mejor que podemos hacer es olvidarnos de las razas, acercarnos a una protectora de animales o una perrera, dar una vuelta, fijarnos en los perros que habitan allí, sacarlos a pasear y con seguridad vamos a encontrar ese amigo que estamos deseando; o mejor dicho, él nos encontrará a nosotros, porque aunque pensemos lo contrario, ellos siempre son los que nos eligen a nosotros.

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