Cómo evitar que el gato trepe en casa: la importancia de los árboles rascadores

VANESA CARBONELL, educadora y entrenadora canina en Diéresis Animal.

Uno de los motivos de consulta que más nos llega respecto a nuestros amigos los gatos es cómo evitar que se suban en casa a superficies altas como estanterías, encimeras de la cocina, etcétera. Para poder aprender cómo solucionar o prevenir esta situación, lo primero que deberemos entender es por qué se produce.

Los gatos son depredadores, pero también son presas de otros depredadores. Para una presa el hecho de mantenerse a salvo ya sea escondido en un agujero, elevado en una superficie difícilmente alcanzable por otros animales es primordial para sentirse seguro.

Muchas veces olvidamos que convivimos con animales que portan una genética muy arraigada y que, aunque con el paso de los años va disminuyendo, muchas conductas que parten de ella siguen estando presentes y son primordiales para que nuestro animal viva sin estrés. Ésto quiere decir que aunque nuestro gato no viva en un ambiente “peligroso”, su genética le lleva a realizar conductas como descansar en lugares elevados.

Los instintos, como ya comentamos en alguna ocasión, no están determinados por el ambiente, es decir, aunque no haya una causa externa para realizar una conducta, ésta puede aparecer igualmente. Así podemos comprender que, para un animal como un gato para el que esconderse en un hueco es complicado –por ejemplo, para un ratón es más sencillo ya que sus depredadores difícilmente cabrán por el mismo agujero– estar en una superficie elevada les proporciona un plano del ambiente más amplio y por tanto, se sienten más seguros y relajados. Así, pedirle a un gato que no permanezca en superficies elevadas va contra natura, pero eso no significa que nosotros no podamos elegir a qué superficies elevadas queremos que suba y a cuáles no.

Por tanto, ya tenemos el primer concepto comprendido: si tengo un gato, tengo que proporcionarle un ambiente acorde a su naturaleza, y ésto incluye superficies elevadas donde descansar o simplemente posarse. Si de entrada nos negamos a admitir este primer punto, no tenemos nada que hacer para solucionar el problema.

El segundo paso entonces, a la hora de atajar éste y cualquier otro tipo de problema es, como siempre decimos, la prevención, es decir, crear un ambiente que no predisponga a nuestro gato a subir a superficies que no deseamos. Obviamente no podemos tapar o cerrar el paso de las estanterías de casa completamente –aunque sí podemos evitarlo, por ejemplo, dificultando el acceso a las que no queremos, una forma es cambiando de lugar muebles que ayudan a nuestro gato a alcanzar la estantería que no queremos– pero ¿y si además preparamos algunas de ellas única y exclusivamente para él y se las positivizamos desde el primer día?

Por ejemplo, un rascador elevado es una buena opción para que nuestro gato tenga una superficie alta en la que disfrute descansar; también, muchas personas incluyen en su comedor u otra habitación estanterías con superficies que a los gatos les gustan y las reservan exclusivamente para ellos. Eligiendo una o varias de estas opciones, ya estamos ofreciendo a nuestro gato parte de lo que necesita, disponer de un lugar elevado al que subir a descansar.

Pero además de ésto, para que a nuestro animal le gusten más las estanterías o rascadores elegidos para él, vamos a acelerar el proceso positivizando estos lugares. La forma de proceder es muy sencilla, puedo reservar esos lugares para los momentos de comidas, de premios exquisitos que a nuestro animal le gusten mucho, para caricias y atenciones, y en definitiva para cualquier cosa que a nuestro gato le guste. Si realizamos prevención de esta forma durante un tiempo determinado, al final el gato transformará estos comportamientos en hábitos y ya no necesitaremos estar premiando y/o elogiando sus conductas correctas; y seguramente, tampoco necesitaremos tomar medidas para que no suban a los lugares que no queremos.

El caso de la encimera de la cocina es algo a parte, ya que además de ser un lugar donde siempre hay comida, donde se reúnen todos los miembros de la familia varias veces al día, etcétera, casi todos cometemos el error de despistarnos y permitir que nuestro gato coma algo “gratuitamente” en ese lugar, por lo que el comportamiento de subir a la encimera se ve reforzado sin darnos cuenta. En mi caso, con mi gato de cuatro meses y medio llamado Skinner, procedimos de la siguiente manera: siempre que estamos en la cocina, Skinner recibe “premios” por permanecer en el suelo, por lo que de esa forma estamos evitando que por inercia suba a la encimera y nos “robe” algo de comida.

Repetimos este procedimiento siempre, todos los días; y de momento no ha mostrado interés alguno en subir a la encimera, ya que recibe algo de mucho valor cuando está abajo. Además de ésto, prevenimos que aparezca la conducta incorrecta no dejando nunca nada que le facilite el acceso a la encimera –sillas cerca en las que apoyarse o mesas– y nunca dejamos comida encima para evitar que le pique la tentación de subir a robarla cuando no estamos.

La pregunta estrella entonces es: ¿qué hago si mi gato ya se sube a la encimera? En este caso la forma de proceder sería la misma, por un lado realizar prevención y por otra, premiarle siempre que estéis en la cocina por permanecer en el suelo hasta que observes que le compensa permanecer abajo. La única diferencia con respecto al caso anterior es que ya existe un historial de aprendizaje incorrecto en el gato, por lo que la modificación de la conducta requerirá más tiempo. En ningún momento se debe castigar al gato, sino “jugar” con sus intereses para hacer que le compense más hacer lo que tú quieres a lo que no te interesa que haga.

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