‘Borchenoso’
La semana pasada fui a Tenerife para rodar un cortometraje titulado “Naufragio” e interpretado por el gran Juli Cantó, Ruben Mira y yo mismo (Así aprovecho para hacer un poco de autobombo. Ya iré informando cuando esté disponible para verse). Nos lo pasamos muy bien y trabajamos mucho. El caso es que para ir a Tenerife tuvimos que hacer un viaje un poco incómodo. Me explico, en vez de salir desde Alicante o Valencia que son aeropuertos que tenemos relativamente cerca, cogimos el avión desde Barcelona. ¿Por qué? Se preguntará usted astuto lector. Pues porque resulta que desde Barcelona es más barato viajar a las islas canarias.
Como imaginarán el viaje no fue una cosa pensada de una semana para otra, de hecho el viaje estaba planificado desde septiembre, lo que nos daba un margen de tiempo para pensar las cosas bien. Resulta que desde Barcelona hasta Tenerife Norte el billete de avión nos costaba alrededor de 65 euros si no recuerdo mal mientras que desde Alicante hasta Tenerife Norte el billete alcanzaba la cifra de 340 euros. LA MISMA COMPAÑÍA DE VUELO. No estoy diciendo que diferentes compañías tengan diferentes precios, no, la misma compañía de vuelo te cobra una cosa desde Alicante y otra aberrantemente diferente desde Barcelona para ir al mismo sitio. ¿Por qué? De hecho mi mente racional pensaría que desde Barcelona debiera ser más caro porque se gasta más combustible.
Recuerdo hace unos años que una compañía de vuelo de bajo coste, Ryanair –y digo el nombre sin problemas porque me gusta recalcar siempre que Ryanair son peores que el hambre– tuvo una polémica con el aeropuerto de Alicante. Ryanair (que son peores que el hambre, recuerden) querían que los pasajeros embarcaran en el avión andando por la pista del aeropuerto por su propio pie. Así se ahorraban el alquiler del camión y tuvo que conectar con el avión (una práctica habitual en ellos vaya). El aeropuerto de Alicante les indicó que eso iba en contra de la seguridad y blablabla. El caso es que hubo un toma y daca entre Ryanair y el aeropuerto para ver quien cedía. Ryanair amenazó al aeropuerto con quitarle el vuelo de Alicante a Barcelona con lo que el aeropuerto perdería unas 200 personas diarias. Así parece ser que es como se negocian las cosas.
Entiendo que cada aeropuerto se gestione de forma diferente y que sus negociaciones las lleven como quieran. Pero no quiero pensar que por culpa de negociaciones se encarezca el precio de un billete de 65 a 340 euros para hacer presión, porque el que acaba perdiendo es el usuario. Por culpa de eso un viaje que podría haber durado desde que salí de casa unas 4 horas, pasó a durar 14. Como dijo el mayor filósofo que ha dado España, Cañita Brava: “Lo veo mal. Mal, mal, verdadera mal. Por no dicir Borchenoso”.