Interesante y singular velada de música barroca italiana

J.M.

El Teatre Calderón fue escenario el pasado domingo de un singular e interesante concierto dedicado a la música coral barroca italiana. La Asociación de Amigos de la Música de Alcoy volvió a registrar una buena entrada de público, el cual pudo disfrutar de obras tan significativas como el ‘Stabat Mater’ de Pergolesi, el ‘Adagio para órgano y cuerdas’ de Albinoni y el ‘Gloria’ de Vivaldi. Sobre el escenario casi 60 artistas de reconocida valía como el Coro de Cámara de Valencia, los Valencia’s Classical Soloists, (algunos de sus miembros pertenecientes a la Orquesta de la Comunidad Valenciana, titular del Palau de les Arts), el organista y clavecinista Javier Sáez Docón, la mezzosoprano de Crevillente Sandra Ferrández y la soprano de Sant Cugat, Júlia Farrés-LLongueras, todos dirigidos por el maestro de Gandia Oscar Creus. Un concierto de los que se prodigan poco en estos tiempos, pero que gustan e incluso entusiasman, en primer lugar por las obras escogidas, y en segundo por contar con buenos intérpretes.

En este sentido hubo momentos destacables. Un Coro de Cámara de Valencia que cantó equilibradamente, con óptima afinación y muy buena proyección vocal; tanto la mezzosoprano como la soprano mostraron un buen nivel interpretativo en obras de tremenda dificultad vocal, luciendo una magnífica línea de canto que realzó la belleza de las composiciones de Pergolesi y Vivaldi. Un momento de alta concentración tanto de público como de artistas, llegó al principio de la segunda parte con la interpretación del célebre ‘Adagio’ de Albinoni con el reconocido organista Javier Sáez Docón de solista llegando todos a niveles artísticos más que aceptables, dado también que como concertino de la orquesta, el cual tiene aquí una parte solista importante, actuaba nada menos que Evgeni Moryatov, violinista nacido en St. Peteresburgo de consolidada trayectoria, tanto como de solista como de miembro de orquestas europeas y americanas de relevancia, que ha trabajado con directores como Lorin Maazel o Zubin Mehta. Moryatov contribuyó a dar fuerza y envergadura a una orquesta de cámara, que ciertamente puede dar más de sí con más rodaje, ya que cuenta con músicos muy experimentados. Oscar Creus estuvo en todo momento correcto, atendiendo matices imprescindibles en este tipo de obras, con lo que la orquesta, coro y solistas, sonaron en general con refinación y fidelidad al barroco italiano. Muchos aplausos al final y un bis: el conocidísimo ‘Coral’ de la Cantata BWV 147 de Johann Sebastián Bach con el que director y artistas saludaron la eminente llegada del ‘Nadal Alcoià’.

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