Éxito rotundo para un ‘Elisir d’amore’ exquisito

J.M.

Si una cosa ha quedado clara tras ésta, casi mágica, representación del pasado domingo en el Calderón de ‘L’elisir d’amore’ de Gaetano Donizetti, es que hay vida en Alcoy más allá de ‘Butterflys’, ‘Traviatas’, ‘Nabuccos’, ‘Toscas’ o ‘Bohemes’, óperas maravillosas, sí, pero que parecen ser las únicas posibles del repertorio capaces de satisfacer a nuestro público que por otro lado merece, por su excelente criterio y buen gusto, que la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy, entidad coproductora y organizadora, explore otros caminos, tal como es obligación de los grandes teatros de ópera, con el fin de poder dar entrada a títulos quizá menos conocidos, pero no por ello menos representativos del repertorio operístico.

Ocurrió hace pocos años con memorables representaciones de ‘Don Giovanni’ de Mozart o ‘Pagliacci’ de Leoncavallo. ‘L’elisir d’amore’ ha sido una apuesta arriesgada, distinta y difícil de llevar a término por las grandes exigencias vocales, escénicas y musicales. Pero que con el concurso de una productora experimentada y unos profesionales como la copa de un pino ha podido lograrse un extraordinario e incluso sorprendente nivel artístico.

En este sentido se pudo reunir un gran reparto, joven y excelentemente preparado y con una importante carrera artística ya reconocida nacional e internacionalmente. La soprano oscense de brillante trayectoria Eugenia Boix, ya conocida en Alcoy por su aplaudida participación el último Concierto de Año Nuevo, recreó una cautivadora ‘Adina’, mostrando siempre una potencia, agilidad vocal y línea de canto excepcionales, consagradas a una bellísima tesitura que realzó en gran medida la encantadora música que Donizetti escribió para esta ópera cómica. El tenor alicantino Jesús Álvarez, muy habitual en teatros franceses e ingleses, dio vida y nunca mejor dicho a ‘Nemorino’; si la parte vocal tuvo de principio a fin un notabilísimo trabajo, el de la recreación teatral del simpático personaje solo puede calificarse con sobresaliente, recibiendo por ello las más sonoras ovaciones del público. Su más comprometido momento ‘Una furtiva lacrima’, lo más popular de la obra, fue cantada con sentimiento, poderío vocal y exquisito gusto en el fraseo.

El barítono valenciano Sebastià Peris, titular en la Ópera de Düsseldorf (Alemania), fue ‘Belcore’, el imponente sargento que pretende a ‘Adina’, despertando los celos del pobre ‘Nemorino’. Peris, con seductora voz baritonal excelentemente entonada, cantó magníficamente todas sus partes, metiéndose al público en el bolsillo cuando exclamó en la escena del contrato; ‘això ho pague jo’.

El ‘Doctor Dulcamara’, personaje bufo que encarna un barítono-bajo, fue el cantante italiano vinculado al Palau de les Arts de Valencia, Giorgio Calenza. Si bien no es su rol ideal, ya que ‘Dulcamara’ requiere un señor de más edad y algo corpulento, si se puede afirmar que cumplió con creces tanto vocal como escénicamente, especialmente en el dúo con ‘Nemorino’ y los concertantes. Su salida, intentando vender una pócima que lo cura todo, fue realmente graciosa.

La soprano alcoyana Gemma Soler encarnó deliciosamente a Giannetta, la amiga de ‘Adina’, cantando con gran solidez y naturalidad los difíciles concertantes de está ópera. Que magnífico futuro le espera a nuestra compatriota; fue una auténtica sorpresa en éste, su debut operístico en Alcoy; la habíamos escuchado en zarzuelas, y por tanto se le observa una constante evolución en su línea de canto, la cual, con una fluidez y sonoridad vocal portentosa, va indiscutiblemente a mejor.

ESPECTÁCULO NOVEDOSO

Insuperable la Coral Discantus de Murcia, en lo que ha sido su mejor actuación en Alcoy. Brilló con luz propia en todos los concertantes, moviéndose además a nivel teatral con extraordinaria homogeneidad. La St. George Symphony, orquesta residente de la Temporada de la AAMA, correcta en general, tuvo sin embarago muchos aciertos, sonando compacta, afinada y equilibrada. Su director musical Francesc Estévez, hizo desde el podium del foso orquestal una elogiable labor, no escatimando ningún recurso para el realce de una partitura maestra de gran frescura musical.

El montaje de decorados, vestuario, y atrezzo, debido a Telón Producciones y a uno de los mejores escenógrafos españoles del momento, puede gustar más o menos, pero sin duda no deja a nadie indiferente. Ignacio García, nombrado recientemente Director del Festival de Teatro Clásico de Almagro, nos trasladó a un mundo de cuento infantil, de soldaditos de plomo o de casa de muñecas, fantásticamente realizado y que en el segundo acto consiguió su máxima expresión, gracias también a una perfecta iluminación que, con efectos especiales incluidos, consiguió adentrarnos en un universo mágico y de cuento de hadas.

Una experiencia operística rabiosamente novedosa que hizo de este ‘Elsir’ un nuevo punto de partida para la ópera en Alcoy. Nos lo merecemos.

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