El partido que nunca quiso Juli

E l 28 de febrero de 2002, han pasado más de 15 años desde esa fecha, se cerraba el fichaje de Juli por el Alicante de Bordalás por un montante de 18.030 euros y una cláusula por la cual el Alcoyano se beneficiaba con un 20 por ciento en caso de que fuese traspasado a otro club. Aquella fue una de las primeras decisiones de la gestora presidida por Javi Gandía, que escasos días antes había tomado las riendas del club tras una asamblea extraordinaria celebrada en los salones de la CAM.

Eran tiempos convulsos en el Alcoyano. A los jugadores se les debía dinero de la anterior temporada y no se les había liquidado aún tres meses de ese curso. La situación derivó en la dimisión de José Luis Laporta y la plantilla emitió un comunicado en el cual se anunciaba su decisión de no presentarse al siguiente partido.

La reacción social de respaldo al club con aquella recordada colecta popular en los accesos al Collao para pagar los sueldos de la plantilla paralizó la medida y el dinero del traspaso de Juli contribuyó a normalizar la situación. Aquella temporada se cerró con un déficit de 62 millones de las antiguas pesetas.

Juli vuelve a pisar mañana al Collao. No tiene los 19 años con los que se marchó, acaba de cumplir 36 el pasado 9 de agosto. Tres lustros en los que logró forjar una sólida carrera profesional, la última década como futbolista de Segunda División, con dos ascensos a Primera con Rayo Vallecano y Alavés y una enriquecedora experiencia en el extranjero tras fichar en la temporada 11/12 por el Asteras Tripoli de la Primera División griega.

El único sueño futbolístico que se le ha resistido ha sido no haber debutado en la máxima categoría del fútbol español. Mañana regresa a la que siempre ha considerado como su casa con la camiseta del eterno rival. A comienzos de mes firmaba un contrato de dos años por el Hércules. Su idea era seguir otra campaña en el fútbol profesional pero la edad no le ha perdonado.

Entendió que su fichaje por el Rico Pérez era una buena oportunidad para acercarse a casa y empezar a establecer la estabilidad familiar que su carrera futbolística le había negado hasta ahora.

“Mi idea era seguir otro año en Segunda, pero pasaban las semanas y las ofertas que me llegaban no me terminaban de convencer o estaban muy lejos de casa. Tuve que tomar una decisión, equipos como el Mirandés, Burgos o el propio Elche se interesaron por mí, pero quien más empeño puso fue el Hércules. Me llamaba cada semana. Es un interés que se remonta a mi época en el Alicante. Hubo quien a través de las redes sociales no entendió mi fichaje por mi pasado, pero fueron algunos comentarios al principio y nada más. Estoy muy contento de haber dado este paso en mi carrera”, cuenta Juli.

Será la cuarta vez que visite el Collao con una camiseta diferente al Deportivo. Solo en una consiguió marcar. Fue con el Alicante en la temporada siguiente a su marcha en Copa Federación. Después volvió con Castellón y Benidorm. “No lo voy a celebrar si logro marcar. El Alcoyano siempre será mi equipo y no olvidaré que fue el club que me dio la oportunidad de cumplir mi sueño de ser futbolista. No puedo morder la mano que me dio de comer. Es imposible. Sin embargo, soy profesional y me debo al Hércules. Desconozco cómo me recibirán. A partir del lunes le deseo lo mejor al Alcoyano”.

Su contrato por dos años con el Hércules puede difuminar ese viejo anhelo acabar su carrera en el Collao. “Esa es mi ilusión desde hace tiempo, colgar las botas aquí. Es algo que aún deseo, sería la retirada soñada y una bonita manera de cerrar el círculo, pero ahora mismo no sé ni lo que pasará la próxima temporada. Si las lesiones me respetan, me gustaría que se diera y poder acabar aquí mi carrera futbolística”.

Juli ha entrado con buen pie en el Hércules. En su debut logró marcar, un gol que sirvió para sumar un punto en el Rico Pérez ante el recién ascendido Olot, que se adelantó en el marcador. “Tenía ganas de sentirme otra vez futbolista porque no jugaba de inicio desde la jornada 27 de la pasada temporada con el Córdoba, cuando me lesioné. Pudimos haber goleado, tuvimos tres o cuatro ocasiones muy claras, pero no lo conseguimos y el Olot supo jugar bien sus bazas.
Ante el Alcoyano será un partido duro, de los que gusta jugar porque es un derbi y siempre son especiales. El Alcoyano ha sabido mantener el bloque que tan buen resultado le dio la pasada temporada y ha fichado bien en función de lo que necesitaba. Seguro que estará aspirando a lo máximo al final de liga”.

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