Cobarde o valiente

Bajo el espectro de esa frase tan manida dentro del deporte rey de ‘Esto es fútbol’ se pueden entender o no muchas cosas que ocurren. S

i ahora mismo tuviéramos la potestad de tener un micrófono y preguntar a cada uno de los socios del Alcoyano cuál es su opinión sobre la decisión de Toni Seligrat de renunciar al año que tenía de contrato, seguramente la inmensa mayoría respondería que el de Torrent les ha decepcionado y que debajo de esa máscara de tipo duro y serio se escondía una persona cobarde al que le quita el sueño el grupo que quedará el año que viene tras los descensos de Elche y Mallorca. Bajo ese prisma, el de hablar con el corazón, creo que nadie hubiera salvado de pasar por la hoguera a Seligrat, a quien esos mismos que le despezaban el viernes tras decir adiós al Deportivo, le idolatraban y le consideraban como el nuevo Mesias blanquiazul pocos días antes por todo lo que había conseguido en estos últimos meses sentado en el banquillo.

Quizás la emoción del momento no le hizo expresarse bien y no utilizó las palabras correctas, pero si se analizamos su discurso, tomando algunas de las frases que utiliza, su marcha no obedece a ningún calentón de última hora y está perfectamente meditada y hay un fuerte componente profesional en la decisión. Seligrat dejó claro que hubiera podido estar mareando la perdíz, ganar tiempo al tiempo y esperar a que terminaran los play-offs para que se moviera el mercado y luego elegir. Pero entonces la conciencia le hubiera corroído y quiso ser honesto consigo mismo y, sobre todo, con el club y la afición que tan bien le había acogido esta temporada y por el cual había recuperado la ilusión tras su paso por el Huracán y un año muy complico en lo familiar. Ha preferido jugar fuerte, estar libre de ataduras para negociar y ver qué puede pasar en las próximas semanas. Puede salir bien, lo que le llevaría a liderar el proyecto más ambicioso económicamente desde que es entrenador, y le puede salir el tiro por la culata y ver el inicio de la próxima liga desde el sofá de su casa. El de Torrent está muy arriba en la lista de candidatos para sentarse en el banquillo de dos de los trasatlánticos como le gusta decir de la Segunda B la próxima temporada.

Tenemos el ejemplo dentro del fútbol profesional de Sampaoli que ha dejado el Sevilla para dirigir a la Selección Argentina. Valverde también se ha marchado del Ath. Bilbao para entrenar a un Barça que ha visto como su entrenador de las tres últimas campañas no ha querido seguir, como tampoco en su día quiso Guardiola y nadie le llamó traidor.

Después de las experiencias de Óscar Cano y Palop, que se sentase en el banquillo blanquiazul un tipo como Seligrat fue un alivio y también que hay vida después de tan sonoros fracasos. Ni el de Torrent es un cobarde ni tampoco un héroe para ser beatificado como algunos deseaban. El marrón es ahora para la directiva que esperaba ganar tiempo en otras parcelas de la confección de la nueva plantilla. Esto es fútbol y también la Segunda B, aunque como en su día dijo Valdano: “El fútbol es lo más importante de le menos importante”.

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