Cruel final, bonito principio
No soy de los que le guste ver a los equipos llegar a los play-off con la clasificación solventada a varias jornadas para el final. Y a las pruebas me remito. El Alcoyano ya está fuera y el Barça B en la repesca, mientras que At. Baleares y Cartagena sigue muy vivos.
Los albinegros estuvieron jugando con fuego y ello llevó a su entrenador a tomar ciertas precauciones con una defensa de cinco. La jugada le salió redonda, encima le vino de perlas la lesión de Tomás Ruso en Cartagonova y que Mario Fuentes aún no estuviera bien de su lesión, creando un serio problema a Seligrat que se vio obligado el domingo a mantener a Fran Miranda en la defensa porque jugar con Pau Bosch y Barreda podía ser un suicidio dado que ninguno de los dos llega al 1,80 de altura. Primer contratiempo serio. Si a ello unimos que el Deportivo no ha sido capaz de hacer un gol en ninguno de los dos partidos, la ecuación está clara.
Se perdió 0-2 pero el equipo cayó con la cabeza bien alta. Así lo supo reconocer la afición al final del partido. Con el segundo gol era humano dejar el campo e ir a curar sus penas a casa, pero las más de 4.500 almas que llenaron el Collao después de mucho tiempo, quisieron aguantar el chaparrón de los minutos finales y esperar a que acabara el partido para aplaudir al equipo por su gran temporada.
Este equipo, con sus defectos y sus virtudes, se ha ganado un lugar en el corazón del aficionado blanquiazul y así se lo quiso reconocer con esos gritos de ¡Deportivo, Deportivo! puestos en pie. Como en 2009, otro final cruel pero esos aplausos del final pueden ser el mejor principio para intentarlo otra vez la próxima temporada.
¿Y ahora qué? El club dejó hace tiempo de estar en manos de los socios y tiene unos propietarios. Sin el play-off, las consecuencias hubieran sido terribles para una economía que se sostiene con pinzas. Otra eliminatoria con casi 5.000 almas pasando por taquilla habría cerrado muchos agujeros que la entidad ahora mismo tiene abiertos. En estas circunstancias, dependerá de las ganas que haya de rascarse el bolsillo. La continuidad por contrato del bloque principal de la actual plantilla supone mantener un nivel elevado de obligaciones que habrá que ver si las arcas del club están en disposición de afrontar.