Partido tonto

La Segunda B es una categoría tan agria y desagradecida muchas veces, que basta una semana sacar algo de pecho y presumir de liderato para que aparezca un novato de la competición y te saque los colores para bajarte otra vez a la tierra. Queda el consuelo de que todas las temporadas hay ese partido tonto, del que ni siquiera se libran los superequipos como le pasó al Barça ante el Alavés en el Nou Camp o el Real Madrid en Las Palmas, y el Alcoyano hasta ahora no lo había tenido, porque lo que ocurrió en la Feixa Llarga ante L’Hospitalet cuenta como un accidente.

Lo del sábado en el Camp Nou de Morvedre frente al At. Saguntino tiene más delito porque los de Toni Seligrat estaban sobre aviso. El equipo tiene un problema, más que adaptación a una superficie sintética, de concentración. No puede ser que entregue los partidos de la forma que lo está haciendo, con un gol en contra a los veinte minutos que condicione de la manera que lo hizo el sábado, obligando otra vez al Alcoyano a tener que tirar de heroica para conseguir salvar los muebles.

Ante el At. Saguntino no hubo ni arreón final, ni acierto a balón parado, ni tampoco se dio con la tecla en el bonus de los seis minutos de prolongación. Duele especialmente esta derrota porque ha llegado con el Deportivo en la cima de la clasificación y en víspera del derbi del domingo en el Collao contra el Hércules. Hubiera sido muy bonito llegar a este partido con el equipo habiendo sumado su cuarta victoria consecutiva. Lo mejor fue que ninguno de los cuatro apercibidos vio la amarilla y podrán jugar.

Solo queda levantar el ánimo y olvidar lo ocurrido el sábado. Más de uno se levantó el domingo con la moral baja, pero ya estamos a martes y hay que elevar el ánimo porque la semana lo merece. Es semana de derbi y estos partidos son siempre especiales. Y como tales, el Collao debe honrar a su historia y tiene que ser una olla a presión para un Hércules que puede quedar muy tocado en la lucha por el primer puesto si el Alcoyano consigue su séptima victoria consecutiva de la temporada en casa. Toca levantarse, sacudirse la resaca del sábado y creer en este Deportivo de gladiadores.

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