El día que Nico Terol tocó la gloria

El pasado domingo se bajaba el telón del Mundial de motociclismo en el circuito Ricardo Tormo. Entre la legión de personas que pisaron su paddock los cuatro días que duró el GP estaba Nico Terol. Resultó extraño verle sin el mono de correr. Aspar, su antiguo patrón, le ha pedido que sea el nuevo consejero del equipo de Moto3, faceta en la que se estrenó en Aragón.

El alcoyano no está atravesando por un buen momento. A los 28 años trata de enderezar un rumbo que poco o nada tiene que ver con su brillante pasado más cercano, ocupando un lugar de privilegio en el Top 10 de los pilotos españoles con más victorias en carreras mundialistas. Ni en su posterior paso a Moto 2, ni luego en el salto al vacío que supuso correr en Superbikes y Supersport, permitieron al alcoyano remontar un vuelo que se truncó de cuajo en 2013, su último gran año, con esos tres triunfos en su segunda temporada en Moto2 y séptima plaza final.

Es inevitable cuando llega el GP de la Comunitat Valenciana no echar la vista atrás y más cuando recientemente se cumplieron cinco años de aquel 6 de noviembre de 2011 en el que la gloria llamó a la puerta de Nico Terol. Delante de su gente, en el circuito que creció como piloto, se proclamaba campeón del mundo de 125 cc, el último de la mítica cilindrada.

Aquel día amaneció gris y la amenaza de la temida lluvia estuvo planeando toda la mañana sobre la cabeza del alcoyano, que necesitaba terminar entre los once primeros para adjudicarse el título.

La mitad de carreras ganadas

Esa temporada, Nico Terol ganó ocho de las dieciséis carreras celebradas. Sin embargo, la regularidad de un Johann Zarco que irrumpió con fuerza en aquel Mundial hizo que el alcoyano tuviera que sudar hasta la última vuelta su título. La caída en Assen, donde se destrozó el tendón del dedo meñique, y la avería en Brno que le costó su único cero del año, le llevó a tirar de calculadora.

Después de la República Checa, Nico Terol se reencontró con la victoria en Indianápolis, su circuito fetiche, lugar en el que en 2008 consiguió su primera victoria mundialista, aunque el francés respondió en el siguiente GP al cruzar primero la meta en Japón. “La siguiente carrera en Phillip Island”, recuerda el alcoyano, “fue la típica con lluvia, viento y sol en la que no sabes qué neumático poner. Decidimos salir con seco en mojado y de la cuarta posición me fui a la veintinuna. Vi que Zarco iba segundo o tercero, entonces me dije “Nico, tienes que ponerte las pilas o adiós Mundial”. Él acabó sexto y yo tercero. Aún se me ponen los pelos de punta al recordarlo, aquel día lo pasé fatal. Llegamos a Malasia e hizo la pole. Zarco estaba el 15 o 16. Aquella noche no dormí de los nervios. Recuerdo que en la salida me picaban los ojos. Los nervios y el cansancio me pudieron. Caí desplomado al cruzar la meta. Terminé deshidratado y en la ambulancia. Él acabó 3º y yo 5º, Zarco se puso a 20 puntos y todo por decidir a falta del último GP”.

Y llegó el gran día. Cheste recibió a los pilotos con lluvia. “En esa situación, cualquier cosa podía suceder. Recuerdo que la noche de antes de la carrera llamé a mi madre y mi hermana para que vieran en todas las webs las previsiones del tiempo del día siguiente. Salí bien pero Miller me tocó. Cuando ví que Zarco se caía me dije: “Soy campeón de mundo”. Pero me pareció todo tan idílico, tan fantástico, que pensé que tan fácil no iba a ser. En la siguiente vuelta me pusieron el cartel de ‘5 KO’ pero seguí desconfiando. Fue a la tercera vez que vi el mensaje cuando ya me lo creí y me dije “Ya soy campeón del mundo”. Las últimas vueltas las disfruté una barbaridad. Quise ganar, pero puse neumáticos más blandos y no pude luchar con Viñales, que ganó y yo terminé segundo”.

Llamada del Rey

Lo que vivió después fue una auténtica locura. “Me llamó el Rey, fui al Hormiguero, programas de televisión, entrevistas en prensa y radio, los recibimientos que tuve en Alcoy y Bocairent, los mensajes de gente que me daba las gracias diciéndome que viendo mis carreras se evadían de la difícil situación que estaban atravesando. Fue algo muy bonito, que recuerdo mucho y aún tengo muy presente, aunque por mi carácter reconozco que no disfruté como debiera. Soy demasiado perfeccionista. Ganaba una carrera y ya estaba pensando en la siguiente en vez de disfrutar lo que había conseguido. Ahora con la perspectiva del tiempo pienso que tuve que actuar de otra manera”.

Cinco años después, el futuro de Nico Terol se presenta incierto. “Es una época difícil, pero lo conseguido ya no me lo quita nadie. Ahora mismo no sé que haré el año que viene. En verano hice lo que tocaba, decidí parar porque no podía seguir arrastrándome en un equipo sin técnicos ni medios. Hay alguna opción pero no me garantiza lo que yo quiero. Tengo un nombre y no estoy dispuesto a seguir corriendo a cualquier precio. Para sufrir y no disfrutar, prefiero quedarme en casa. Me duele decirlo así pero es lo que pienso actualmente”.

Dirt track en Barcelona

Mientras tanto, se refugia en el Flat Track, en cuyo campeonato nacional va tercero a falta de una carrera. El próximo 17 de diciembre en Barcelona correrá junto a otros siete campeones del mundo la cuarta edición del Superprestigio Dirt Track. La nómina de pilotos participantes incluye los hermanos Marquez, Marc y Álex, Toni Elías, Julián Simón, además del piloto alemán de Moto2 Marcel Schrötter y los españoles Jordi Torres (Superbikes), Xavi Vierge (Moto2) y Joan Mir (Moto3).

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