La izquierda volvió a justificar lo injustificable

El pleno del mes de octubre arranca con la toma de posesión del nuevo portavoz de Compromís, Marius Ivorra. Atrás queda la etapa de David Abad, que por motivos personales ha decidido abandonar la política local, lo que supone la pérdida en la Corporación de una gran persona que ha trabajado por su ciudad desde el sentimiento y la admiración que siempre ha demostrado hacia Alcoy.

Marius aporta un perfil completamente distinto y aunque ideológicamente está a mucha distancia del Partido Popular, confío en que será fácil alcanzar acuerdos que beneficien los intereses de Alcoy. Conozco a Marius personalmente desde mucho antes de estar en política y destaco, como ya manifesté en el pleno, esa altura de miras que tanto escasea en la actual Corporación Municipal. ¡Mucha suerte Marius!

El orden del día del pleno iba cargado: Por un lado las ordenanzas fiscales que van a regular los impuestos locales de los alcoyanos para el próximo año, y por otro, cinco mociones, una declaración institucional y varios ruegos presentados por la oposición.

Respecto a las ordenanzas fiscales, destaca la queja generalizada por la caótica tramitación llevada a cabo desde el gobierno socialista, hasta el punto de que la misma concejala del ramo admitió que era mejorable y que de cara al año que viene la iba a modificar. Por otro lado es sintomático que no sea capaz de destacar ni una sola propuesta del gobierno, ya que todas las novedades y modificaciones vinieron de la mano de los grupos de la oposición.

Por lo que respecta a las propuestas del Partido Popular, satisfacción por la aplicación de la rebaja del IBI tal y como ya solicitamos a través de una moción en marzo de 2015 (donde el Psoe votó en contra).
Por otra parte, decepción por el rechazo de otras propuestas del PP, como la bonificación a los hosteleros que cumplan la ordenanza de mesas y veladores en vía pública o las bonificaciones para aquellas empresas que potencien la contratación de personas pertenecientes a colectivos de difícil inserción, así como aquellas que utilicen la modalidad de contratación indefinida.

En cuanto a las mociones, me referiré a dos de ellas por considerar que resumen claramente el panorama político que habita en nuestra ciudad.

El Partido Popular presentó una propuesta en defensa de la Guardia Civil, que incluía tres puntos de acuerdo: Condenar la agresión sufrida por dos miembros de la Guardia Civil en Alsasua, mostrar nuestro apoyo y solidaridad con la Guardia Civil ante estos casos de violencia y remitir el acuerdo de la moción a la Dirección General de la Guardia Civil.
Pues bien, ante algo tan evidente para la inmensa mayoría de los españoles, el Psoe, Guanyar Alcoi y Compromís votaron EN CONTRA. Algo previsible en el caso de los dos partidos radicales de izquierda, pero que sorprende en el caso del Psoe.

Para justificar lo injustificable, se utilizaron argumentos como que se “estaba jugando con la violencia a cambio de un puñado de votos” o que en la exposición de motivos se hacia referencia al “orgullo de ser español”. Y el colmo ya fue cuando a la vista de la falta de argumentos, la izquierda se dedicó a desviar el debate sobre la defensa de la Guardia Civil, hacia su ya agotado filón: Hablar de Bárcenas.

Que cada uno obtenga su propia lectura. La mía es que la izquierda alcoyana sigue instalada en el odio, el rencor y la rabia, como se encargaron de destacar de manera brillante el representante de Ciudadanos, Jordi Sedano, y el del Partido Popular, Nacho Palmer. La izquierda focalizó su obsesión con Mariano Rajoy, pues que se lo pregunten a los millones de españoles que lo han querido como Presidente del Gobierno.

La otra moción que refuerza estos planteamientos, es la presentada por Guanyar Alcoi, donde solicitaba que se derogue el Decreto que regula las evaluaciones en ESO y Bachillerato.

Pues bien, a la izquierda alcoyana no le vale con que el ya Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se comprometiera a aplazar la entrada en vigor de esta norma hasta que se alcance un PACTO POR LA EDUCACIÓN. La pobre justificación para no retirar la moción después de este anuncio fue que “ajornar no es derogar”.

Otra oportunidad perdida para que la izquierda demuestre esa voluntad de diálogo que tanto pregonan, pero que tan poco practican.
Ante el ofrecimiento de Mariano Rajoy, lo que toca es sentarse a trabajar y conseguir ese consenso tan necesario en la educación.
La izquierda sigue haciendo uso partidista de los asuntos de estado.

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