El Ayuntamiento busca soluciones al problema de los excrementos de perro

La repetida presencia de excrementos en las calles de Alcoy es un problema que provoca numerosas quejas ciudadanas. Y no se trata de una cuestión detectada últimamente, sino que la problemática se mantiene desde hace muchos años.

Un dato a tener en cuenta es el número de perros que están registrados en el Ayuntamiento de Alcoy, pues se eleva a los 4.144, que suponen el 96’86% del total de animales inscritos, a los que hay que sumar aquellos cuyos propietarios no cumplen con esta obligación. Junto a ellos, hay 22 gatos, ocho búfalos, 16 dromedarios y 88 equinos, que ofrecen un total de 4.278 animales.

Alternativas, en breve

Actualmente, y de cara a la puesta en marcha del nuevo servicio de limpieza viaria, el Ayuntamiento está buscando soluciones y en breve puede haber novedades, con el fin de que las calles de la ciudad presenten un mejor aspecto. Aunque de momento el concejal de Servicios y Medio Ambiente, Jordi Martínez, descarta avanzar las posibles acciones a adoptar, ya que considera que debe esperarse a que estén concretadas en mayor medida, sí apunta que algunas ya están recogidas en la ordenanza existente y que se introducirán otras nuevas. Martínez explica que “para tener una ciudad más limpia también es fundamental que se ensucie menos, y en este sentido vamos a trabajar”. Y los excrementos en las vías públicas y parques, así como los orines en fachadas y mobiliario urbano son cuestiones sobre las que se va a incidir, lógicamente sobre los propietarios de los perros.

Hay que tener en cuenta que se trata de un problema común en la mayor parte de poblaciones y algunas ya han anunciado que van a analizar el ADN de los perros con el fin de fijar sanciones, entre otras medidas.

Sanciones

La ordenanza, que fue publicada en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) en 2003, ya incluye sanciones para quienes no recogen los excrementos, cuestión que se fija como una infracción leve, que va de los 30 a los 600 euros de manera general, si bien la ordenanza llega a concretar la multa para diferentes supuestos relacionados con el tema de los excrementos. Así, fija sanciones de 150 euros para los dueños que no adopten las medidas necesarias para impedir que el animal ensucie las aceras, mientras que la multa se eleva a los 600 euros si ensucia zonas de juego o jardines a los que acudan niños, con independencia de que éstos no estén presentes. Estas cuantías se fijan para la primera vez que se comete la infracción, por lo que en caso de reincidencia la cuantía puede ser mucho mayor.

Sin embargo, desde el gobierno municipal destacan la complejidad de saber quién ha sido el propietario de un perro que no ha recogido los excrementos, por lo que hacen un llamamiento a la colaboración ciudadana para que comuniquen cualquier incumplimiento que detecten.

Desde la concejalía de Salud Pública se han realizado diferentes campañas con el fin de concienciar a los propietarios de perros de que deben dejar las calles y parques en condiciones, si bien no parece que hayan dado el resultado esperado, pues se repiten los excrementos en numerosos puntos de la ciudad. Hay establecimientos que han optado por colocar en sus escaparates letreros llamando la atención de los dueños para que sus mascotas no orinen allí, y en otros casos se utilizan diferentes recursos, como botellas llenas de agua junto a la fachada, para que los perros no se acerquen.

Así, parece que la solución es multar a quienes incumplan, y se trabaja para poder disponer de los mecanismos que faciliten dar con los propietarios que no cumplen con sus obligaciones.

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