Empujó desde el cielo
La semana más triste en mucho tiempo para el deporte alcoyano no podía acabar con otro disgusto. Seguramente las derrotas llegarán, esperemos que más tarde que pronto, pero habría sido demasiado cruel que la primera de la temporada se hubiera cedido en Gavà cuando aún nos duele el alma tras el zarpazo de la muerte de Lionel Grau que a todos, de una manera u otra, ha golpeado de una manera traicionera. Seguro que allá donde esté, volvió a echar una mano como tantas veces hizo en vida al club de sus amores junto al Patín Alcodiam.
Los de Seligrat andaban ensimismados, aturdidos por un sol de justicia y un campo que ni en regional se encuentra, cuando de repente salió un chaval, menudo pero de mirada viva, que iba a revolucionar el juego del Alcoyano, hasta ese momento insulso y con poca chicha.
Seligrat veía que Álvaro ni la olía, pero pudo elegir a Jorge Hérnández que en los dos partidos anteriores había sido su primer cambio, o dar carrete a Devesa e incluso apostar por la veteranía de López Silva. Sin embargo, pensó en Ángel, un canterano de Sax que cumple su quinta temporada como blanquiazul.
Casualidad o no, lo cierto es que en la semana que hemos perdido al mejor embajador de Alcoy, uno de la casa no desaprovechó la oportunidad que se le brindaba y marcaba el gol de la igualada. El de La Bóbila era un desplazamiento donde se podían perder más cosas que ganar y se consiguió salvar los muebles.
El Alcoyano sigue sin coger la velocidad de crucero y va a trompicones. Ante el Gavà demostraron que son un equipo con orgullo y rescataron un punto que el año pasado hubiera volado entre mil escusas. Buen presagio para una semana que se anuncia apasionante y en la que los de Seligrat tienen mucho que decir. Mañana, eliminatoria de Copa en el Salto de Caballo de Toledo y el domingo, en la vuelta a la Liga, el Barça de Alfaro que llega líder y como único equipo del grupo que ha ganado los tres partidos. Casi nada.