El S.O.S de los bomberos de la comarca

No es la primera vez que sale a la luz pública la pésima situación en que se encuentran los bomberos del Área Operativa de La Muntanya, pero esta vez el grito de socorro ya es desesperado. La falta de personal y la edad media de los efectivos, con parte de la plantilla en segunda actividad o de baja, hace que un incendio de matorrales pueda llegar a desbordar el servicio y ante la mínima actuación deben recurrir a personal que no está de guardia.

Efectivos de La Muntanya comparecieron la pasada semana en rueda de prensa para lanzar su S.O.S. José Luis García, Raúl Soler, Pedro Alonso (CC OO) y Álex Mora (CGT) hablaron de la dramática situación que viven y del negro futuro tanto para ellos como para los ciudadanos en general –pues se trata de un servicio de emergencia– si no se pone remedio.

Presente y futuro

La plantilla es de 79 operativos, incluyendo el parque central de Cocentaina y el auxiliar de Ibi, que dan servicio a 34 poblaciones, que suponen 972 km2 y una población de 131.000 habitantes. De esta plantilla, 63 son bomberos (de los que 15 están en segunda actividad por edad y 6 en segunda actividad por enfermedad y fuera del operativo), ya que el resto son diferentes cargos de suboficial, sargentos y caporales. Además, la previsión es que el próximo año haya siete jubilaciones y otras nueve en 2018.

Con estos datos en la mano llama la atención que un 33% de la plantilla de escala básica (bomberos) se encuentra en segunda actividad, lo que implica que realicen tareas administrativas o de conductor. La segunda actividad es una situación administrativa que tiene por objetivo garantizar una adecuada aptitud psicofísica del personal mientras sigue en activo, asegurando la eficacia del servicio, y se accede a ella por edad o enfermedad.

Los bomberos se han dirigido al Consorcio para informar de la gravedad que puede suponer esta falta de personal y piden los efectivos suficientes para evitar riesgos innecesarios para los profesionales, ciudadanos y bienes. Hay turnos con siete efectivos, que incluyen un sargento, un telefonista y dos conductores en segunda actividad, por lo que sólo quedan tres bomberos para intervenir. Este personal es absolutamente insuficiente para poder montar como mínimo dos líneas de ataque y así poder cerrar el perímetro si se trata de un incendio forestal, industrial o de vivienda, y poder tener una actuación eficiente. En el escrito remitido al responsable del Consorcio le indican que será el responsable de cualquier accidente que se produzca a consecuencia de la falta de personal.

Un dato que se apuntó es que en 1988, con la puesta en marcha del Consorcio, se recomendaba por turno mínimos de ocho bomberos en un parque central y cinco en el auxiliar, y transcurridos estos años son siete y cuatro, es decir, por debajo de esos mínimos a pesar de que con los años los servicios pueden haberse multiplicado. Se estima que en toda la provincia hay 96 vacantes, pero parece que sólo van a convocarse 22 plazas, y desde hace tiempo se va echando mano de interinos, algo que no es recomendable en este tipo de servicios.

Cuerpo único

Y además de una plantilla mermada, es preocupante la edad de ésta, pues la media es de 50 años. Los datos apuntados en la rueda de prensa indican que el 23’43% de los bomberos tienen más de 55 años y el 9’73% algún tipo de problema físico por lo que no desarrollan intervenciones directas de emergencia. Los tramos con más efectivos son los que tienen edades más avanzadas, y el 73% de la plantilla está entre los 45 y 60 años.

Los bomberos dejaron constancia de que la situación que viven no es idónea para un servicio de emergencias, y remarcaron que si no se realiza una incorporación de efectivos se corre el riesgo de que en poco tiempo no puedan dar una respuesta adecuada a las emergencias, aumentando el riesgo para trabajadores, ciudadanos, bienes naturales y materiales. Esta situación también ha sido dada a conocer a políticos municipales, y reivindican un estudio del estado y de las necesidades, como también inciden en la importancia de un cuerpo único de bomberos, ya que critican la falta de efectividad por provincias. También denuncian el gasto que ha supuesto el Museo de Bomberos, que pasó de 2’5 a 10 millones de euros, con independencia de que valoren su contenido.

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