Recital de fusiones musicales en el Círculo Industrial
Nada hay de tabú en el arte. Por eso el cuarteto que dirige Moisés Olcina se ha atrevido a versionar El Moro del Sinc, del maestro Giner Estruch y utilizar sus cadencias para sumergirla en el jazz y el flamenco. Y el resultado se llevó la ovación unánime del público, con mucha solera festera, que llenaba el Rotonda del Círculo Industrial, a media luz, buscando la intimidad que la música de Cositas Buenas Quartet requería para un concierto muy especial que la Capitanía de los Miqueros patrocinaba.
No es necesario irse a las capitales para encontrarse con la profesionalidad y la calidad de unos músicos que experimentan y que se fusionan entre ellos. Moisés Olcina y su saxo son insaciables e incansables en esa búsqueda y su discografía, inexistente, sería todo un legado de lo bueno que aquí se sabe hacer y que de tan próximo no siempre sabemos valorar en su medida.
El concierto del Rotonda –con una coreografía e interpretación de Paula Mora que supo captar todas las intencionalidades de la versión de El Moro del Sinc y transmitirlas con su cuerpo y su técnica– fue un regalo musical en el nada fácil equilibrio entre la fusión del jazz y el flamenco cuya puerta abrió Paco de Lucía. Con los años, el maestro Moisés Olcina, nos ha acostumbrado a sorprendernos con cada una de sus aventuras, colocando su propio listón cada vez más alto. Un lujo.