Devesa

Del domingo me quedo con tres cosas: el resultado, del caos táctico y de lo poco que cuenta Devesa para Palop. De lo primero, el empate fue justo. Lo mejor fue el ambiente, ver que el público regresó al Collao y que el esfuerzo hecho durante la semana, no quedó en balde y la afición respondió. Además, el aficionado se fue satisfecho, presenció un buen partido y, aunque no hubo goles, tuvo emoción, momentos de buen fútbol y hasta polémica.

Los dos equipos comenzaron tímidos, fueron creciendo a medida que avanzó el encuentro y al final terminaron por conformarse con el punto que les iba bien a los dos. Resultado al margen, me llamó la atención la disposición táctica de Palop. Sin Yacine ni Álex Cortell, Alfaro fue el 9 del equipo. Hasta ahí, perfecto.

El Alcoyano tuvo que pagar el peaje de sacrificar al jugador que mejor se desenvuelve entre líneas y ponerle a trabajar para los demás, encima teniendo al futbolista que mejor surte de balones a los compañeros situado a un mundo del área, incrustado en la banda derecha. Y aquí me detengo. Ya tenemos a dos jugadores fuera de sitio: uno obligado por las circunstancias y el otro por decisión técnica, cuando para la posición de interior el Alcoyano dispone de uno de los mejores especialistas de la categoría, lo digo por Devesa, o al menos eso era hasta no hace mucho.

No hace falta echar mucho la vista atrás, con Palop ya en el Alcoyano, el de Ibi hizo goles decisivos la temporada pasada jugando en esa posición, sin ir más lejos el que hizo en el campo del Espanyol B y que clasificó al equipo para esta edición de la Copa. Si Devesa no jugó de inicio ante el Lleida, sinceramente no sé cuándo lo volverá a hacer esta temporada.

Si el futbolista anda anímicamente tocado, por no decir que destrozado, el domingo se presentaba como una oportunidad inmejorable para recuperar psicológicamente un jugador que en circunstancias normales puede aportar muchas cosas y la hemoroteca está para confirmarlo.

Personalmente creo que Devesa aún puede aportar mucho a este equipo. Otro jugador querido por la afición y que no acaba de entrarle por el ojo a Palop como Carles Salvador, dio un paso al frente el domingo y sin Fran Miranda se tiró el equipo a la espalda.

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