Buen vino de pobres para la Cena del Pobre
Como hormigas… Así se debe recoger la uva en las parcelas de la bodega Luzdivina Amigo. Buscando las diferentes variedades mezcladas en una misma parcela, para que estén en su momento óptimo de maduración.
Pero vayamos al principio, al origen del Bierzo, una zona vitivinícola tradicional, que vendía sus vinos a granel a Galicia y Asturias. Su variedad tinta, la Mencia, era muy apreciada y se mezclaba con variedades blancas, para bajar la tanicidad y el grado alcohólico de los vinos. En blancos compraban sólo el vino de Godello, que era la variedad más afrutada y parecida a su Albariño.
El Bierzo está lleno de microparcelas repartidas entre los miembros de cientos de familia. Cada familia tiene su trozo de viñedo, su trozo de castaños, su trozo de huerta… Una economía plenamente de subsistencia, y en donde el viñedo ocupaba las parcelas más pobres, más áridas, porque la pobre viña se adapta a todo.
Tras la filoxera, todo el viñedo de uvas tintas se replantó con Mencia, en blancos se mezclaron las tres variedades, según la mejor adaptación de cada una de ellas al suelo… Poco a poco las viñas iban muriendo y el viticultor iba replantándo con los restos de poda que iba encontrando por la parcela, de modo que, con el paso de los años, en una parcela teníamos las diferentes variedades. Y como ocurría antiguamente, la vendimia se hacía cuando la familia podía, sin tener en cuenta si una variedad estaba madura, todo se recolectaba a la vez…
Los bercianos solían beber vinos de Mencia en tinto. Y en blanco solían beber los vinos que los gallegos no querían.. era como el vino de la familia, el vino del pobre… vinos blancos hechos con las tres variedades de uva blanca, Doña Blanca, Palomino y Godello.
A día de hoy conscientes de que cada variedad madura a un ritmo diferente, los vendimiadores de esta bodega familiar deben ir seleccionando qué variedad recolectar, porque ya está madura, y cual deben dejar para otro día, de ahí su trabajo de hormigas, buscando las diferentes variedades repartidas por el viñedo.
En esta pequeña gran bodega se sigue haciendo este vino familiar mezclando las variedades como lo hacían sus antepasados. Un vino muy afrutado en nariz, con matices complejos de la variedad Jerez y una boca muy golosa y agradable. Que hace un contraste muy marcado con el toque salado de la sardina del plato de la cena del pobre y que acompaña perfectamente al huevo y el pimiento seco.
Vino de pobres para la cena del pobre.
Salud y suerte!