Decálogo de un puente apagado

En los últimos días, en la ciudad, se ha podido escuchar el nombre de Sant Jordi por doquier. La rareza está que el motivo no era la trilogía festera, sino el puente que lleva su nombre.

Una vez terminada la rehabilitación del puente se han podido oír comentarios de todo tipo; Criticas graciosas, con fundamento, disparatadas. Pero la que me ha parecido más cómica ha sido la relacionada con el color del puente: “Nos han apagado el puente”. Una frase que podría ser incluida —si no lo ha sido ya— en uno de los “Monòlegs d’Alcoiania” Unas palabras tan irrisorias que no están a la altura de un líder de la oposición.

Aquí no acaba escuchar el nombre de nuestro patrón festero en las tertulias matutinas, en los almuerzos, en la sobremesa e incluso a la hora de la merienda. La cosa suma y sigue. Ahora le toca el turno al “proceso participativo” Por consiguiente, quiero hacer eco al nombre —“Proceso Participativo— siendo participe de dicho proceso aportando mi decálogo personal desde la perspectiva de la seguridad vial.

1. Dos carriles y doble sentido. Es lo más sensato, inteligente y seguro. Carriles de anchura superior a tres metros facilitarían el cruce de los vehículos de forma segura. Carriles de anchura inferior, reducen la velocidad, tal como apunta el señor Sedano, pero el cruce no sería muy seguro sobre todo con el autobús el cual tiene una anchura máxima de 2,55 metros.

2. Delimitación de los sentidos con una marca longitudinal constituida por dos líneas continuas adosadas. Simplemente por reforzar la señalización.

3. Límite de velocidad de 30 km/h. Es el más aceptable dadas las características futuras de la vía: carriles anchos y aceras segregadas del tráfico rodado. La nueva normativa limita la velocidad de este tipo de vías a 30 km/h.

4. Señalización vertical y horizontal. Instalar la correspondiente señal vertical y horizontal de límite de velocidad R-301 en cada extremo del puente y sobre cada uno de los carriles en forma de marca vial.
5. Pasos para peatones resaltados. Uno en cada extremo del puente cumpliendo la regulación básica al efecto. Y con su señalización correspondiente para garantizar la seguridad de los peatones.

6. Elevación de las aceras. Aceras elevadas sobre la calzada aumentan la seguridad de los viandantes y reducen los atropellos pon invasión de los vehículos. En Alcoy se puede ver en el puente del Viaducto.

7. Eliminación de la barrera de hormigón. Sustituir dicha barrera por pretiles de protección. Estos elementos al tiempo que garantizan la seguridad de los peatones, absorben la energía cinética del vehículo en caso de impacto.

8. Tratamiento especial a las bicicletas. En este punto, invito cordialmente a los ediles que estudien detenidamente los artículos del nuevo Reglamento de Circulación en referencia a los ciclistas. En especial el artículo 176 apartado 6.(artículo del borrador de dicho Reglamento)

Los tiempos cambian y la vida está en constante evolución. La movilidad de las personas también se encuentra en constante progreso. En los últimos años se ha dado un mayor protagonismo en las ciudades a peatones y ciclistas constituyendo un concepto nuevo de ciudad más saludable y sostenible. Alcoy, en este sentido, no puede quedar rezagada y menos en lo referente al acceso del corazón de la ciudad.
Corazón que hace mucho años nos privaron de sus latidos; recuerdo cuando cruzabas el puente en coche y el sonido de los neumáticos simulaba el latir del corazón. Ahora dicen que nos han apagado el puente. Pues, si la única preocupación es criticar el color del revestimiento, evadir responsabilidades, cargar contra los técnicos municipales, al final nos apagaran la ciudad. Con esta actitud de nuestros políticos el color de Alcoy esta más gris y el futuro de la ciudad se divisa negro.

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