Oro puro
Andaba el Alcoyano huérfano de gol y parece que ha encontrado petróleo allá donde menos lo esperaba. De la lejana Galicia llegó este verano el fichaje más exótico en mucho tiempo. Alguno podrá pensar que Mustafá, que es mauritano de nacimiento, merece también esa consideración, pero el ex del San Roque llegó a Andalucía siendo un niño y su formación como futbolista ha sido entre nosotros. En cambio Yacine, de familia marroquí emigrada a Francia, hizo su formación en el Paris Saint Germain con el que llegó a debutar en el invierno de 2010 en un partido de Europa League ¡¡de mediocentro!!. Es internacional por Marruecos y vistió su camiseta desde los 16 a los 23 años, jugando la fase de clasificación para los Juegos de Londres 2012. En España lleva tres años camino de cuatro. Le lanzó el lazo el Getafe, que lo tuvo jugando en su filial, luego se marchó al Sporting B y el pasado curso comenzó en el Sestao para acabar la segunda vuelta en el Compostela. Allí le querían renovar pero el Alcoyano se cruzó en su camino.
Quien le echó el ojo demostró tener una gran visión. En su caso el Alcoyano no se dejó seducir por alguno de los delanteros con mucho nombre a los que se asoció el pasado verano y predominó lo futbolístico. Tres goles en cinco partidos son excelentes números. El domingo, además de abrir la lata, le anularon un gol que era y forzó el penalti con el que Rubén Ramos certificó la victoria sobre el Llosetense, sufrida pero muy merecida. No solo tiene un instinto que le hacen estar en el sitio justo, sino que es un gran trabajador del área. Un chollo para jugadores como Alfaro, Abraham o Rubén Ramos.
Poco a poco Palop parece que empieza a dar con la tecla correcta. Desde que Rubén Ramos se hizo con la titularidad contra el Formentera tras el ostracismo de las dos primeras jornadas, el madrileño no ha defraudado y el domingo volvió a jugar a un nivel muy alto. Contra el Llosetense regresó Julio de Dios. Con el jienense de nuevo en el once, el equipo mantuvo las señas de identidad que identifican a Palop como entrenador y el juego no entró en el correcalles de otras ocasiones, hubo pausa y no se sufrió tanto con el balón en los pies.