Según el cristal con que se mire
Tenemos un gracejo especial en esta tierra para sacarnos polémicas de la chistera. Temas de los que hablar en la barra del bar, en el ascensor y trasladarlos a la opinión pública como auténticos asuntos de estado. El último conejo que hemos agarrado por las orejas es el del color del rehabilitado puente de Sant Jordi. Sí, sí, el color de las balaustradas del puente. Para unos demasiado oscuras con respecto a las originales. Para otros, un tema baladí.
Y andan el concejal de obras, Jordi Martínez, y el del PP Eduardo Tormo a la greña desde hace unos días sobre la idoneidad de la tonalidad, que como es sabido, depende del cristal con que se mire. Y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, el de la oposición le ha reprochado al primero que si hubiese hecho caso a los técnicos municipales esto no hubiese pasado, al tiempo que Martínez le ha recordado que cuando gobernaba su partido los técnicos municipales no eran precisamente los más influyentes en estos temas. Todo ello, mientras ayer el gobierno se reunía con colectivos ciudadanos para tomar una decisión respecto a la reordenación del tráfico y modificación de las aceras.
La decisión sobre qué hacer con la plataforma del puente todavía no se ha tomado, pero apunten como un nuevo tema de debate cualquiera de las posibles opciones que finalmente se vaya a adoptar. Somos especialistas y, seguro, que sean uno o dos los carriles, se mantengan los pretiles o no, se amplíen o mantengan tal cual las aceras habrá tema para el debate. Y opiniones para todos los gustos. Según el cristal con que se mire.