Pintura

N o sé pintar. Lo reconozco. Es algo que no se me da bien. ¿Saben de esa gente que te explica las cosas con un papel y un lápiz? Pues yo no soy de esas. Realmente se me da muy mal el dibujar o el simple hecho de cubicar letras en un espacio. La gente coge un folio y escribe con gracia una frase, un título, que queda perfectamente enmarcado, Yo cuando hago eso empiezo con las letras grandes y acabo haciéndolas pequeñas porque no me caben. Soy incapaz de hacerlo. Me da rabia ver a gente como Carlos Merchan que es capaz de plasmar imágenes en un lienzo con un realismo sobrehumano y saber que yo lo más que puedo hacer es un 6 y un 4.

Me di cuenta de ello a una temprana edad, no sé si con 5 ó 6 años. En el colegio nos dijeron que pintáramos lo que quisiéramos con un pincel en una hoja. Yo acababa de ver Supermán 2 y tenía grabada en la cabeza una escena en la que Supermán salvaba a unos trabajadores de una fábrica, que se estaba quemando, soltando un trozo de lago helado que él mismo había congelado soplando hasta enfriarlo. Allá que fui. En mi mente estaba clarísimo, dibujé la fábrica en llamas, los trabajadores pidiendo ayuda y un Supermán volando hacia ellos con la capa de lago helada para salvarlas. No recuerdo cuanto tardé en pintarlo, pero recuerdo que me sentía muy orgulloso de mi dibujo. La profesora cogió todos los dibujos de la clase y los colgó en la pared. Pues bien, tuve que ir a mi profesora y decirle:
– “Maestra, el mio lo has colgado al revés.”

En ese momento, en ese preciso momento supe que pintar no iba a ser lo mio.

En el instituto tuve un profesor de dibujo que jamás olvidaré. Nos pedía dibujos con la siguiente premisa: “un dibujo con colores cálidos que lleve por título: El sol es como las espigas meciéndose a la brisa…” o “dibujo con colores fríos que lleve por título: El trueno llena de orgullo los corazones… o alguna mierda así, no recuerdo exactamente las frases. Ese profesor me hizo odiar la asignatura. Yo que a mi temprana edad reconocí y asimilé que no podía dibujar me enfrentaba a un hombre que me exigía cosas que yo era incapaz de hacer y que siempre me miraba con un aire de superioridad.

Hay un dicho que dice: “La venganza es un plato que se sirve frío” y que gran verdad es… Hace un tiempo descubrí que mi profesor del instituto fue el iluminado creador de la “espectacular” estatua que corona la rotonda de Oliver. Sí, esa rotonda que nadie pidió y que se hizo por narices sin que nadie la quisiera y que solo ha servido para quitar un pequeño parque que no molestaba a nadie y cabrear a todo el barrio. Pues no me parece más apropiado para esa rotonda que poner una estatua que en mi humilde opinión debe llevar por título: “Olor de mierda de alcantarilla movida con palo estúpido”.
No existe en Alcoy estatua más fea y con menos gusto que esa. Una estatua que solo sirve para una cosa, para que le cuelguen la bandera del Alcoyano cuando gana. Una estatua que nadie comprende (¿un tipo con un palo doblado es un homenaje al trabajador? Me cago en Ggjhksdfj) es el símbolo perfecto para una rotonda que nadie entiende.

Y yo, cada vez que paso por allí solo pienso una cosa: el que hizo esa estatua nunca me aprobó y me enorgullezco de ello.

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