El enfermo

El enfermo ya camina y se le empieza a ver dando paseos por planta. Ha recuperado la sonrisa y ha pedido comer. Se le ve con muchas ganas. Después de un mes donde le costaba digerir ya quiso probar algo sólido. El domingo se zampó casi de un bocado uno de los menús gourmets más apetitosos por la calidad de sus ingredientes. Hacía tanto tiempo que no se divertía comiendo de esa manera que el primer plato se le hizo corto. El segundo ya costó más y le costó más de tragar. Se le hizo un pelín largo. El doctor, que siempre a estado al lado de su paciente y muy preocupado por el caríz que estaba tomando la situación, le estuvo animando todo el tiempo. Estaba feliz porque por fin había dado con la tecla correcta. Como para no estarlo después de tanto sufrimiento. Pero el doctor le ha pedido que se lo tome con calma, no sea que tenga una recaída como ya le ha pasado alguna vez y todo lo avanzado esta última semana se vaya todo al garete. Fueron muchos los que se pasaron a verle. La cara de satisfacción era enorme tras salir de la habitación. La coincidencia era unánime: si la recuperación va por este camino, pronto veremos al paciente abandonar el hospital. Aún muchos recuerdan su cara cuando a principio de mes estuvo unos días en la UCI. Estaba pálido. Poco a poco el equipo médico fue dando con el diagnóstico correcto. Había que cortar la infección. Se ha tardado tres semanas pero esto es otra cosa. El domingo toca otro menú gourmet en Tarragona, nada menos. Estos días que hay por delante vendrán muy bien para recuperar las constantes vitales y hacerse fuerte. A la vuelta de la esquina está ese 15 de octubre. Pero el doctor quiere ir paso a paso. Espera haber agotado el cupo de mala suerte que tanto le ha atormentado en las últimas semanas. En los días de mayor bajón le llegó a afectar personalmente. Después de la tempestad, ha llegado la calma. Lo visto el domingo ha ayudado a relajar el ambiente.

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