Por mis cojones
Este verano he asistido como espectador al espectáculo “El Alcalde de Zalamea” en Zalamea de la Serena, un pueblo en Extremadura que lleva 21 años representando esta obra. Lo característico de la obra es que la representa la misma gente del pueblo. Ninguno de ellos es profesional del teatro ni siquiera amateur. Son los panaderos, electricistas y gente de campo quienes todos los años se visten de época y representan la obra en la plaza del pueblo. El elenco total es de aproximadamente 700 personas (incluidos más de 80 niños) de las cuales la mayoría solo hace de pueblo. Pero no es de la obra de la que quiero hablar si no de otra cosa.
Antes de empezar la representación, el director del montaje, cogió el micrófono para dirigirse al público y comentó un par de cosas. Al principio explicó que ninguno de los participantes de la obra eran profesionales y toda la complicación que conllevaba realizar tal espectáculo cada año. Después pidió encarecidamente 2 simples cosas. La primera era que el público pusiera su teléfono móvil en silencio pues habían muchos micrófonos inalámbricos e igual podíamos escuchar alguna conversación que no nos interesara. La segunda, que fue la importante para mi, era que como espectadores podíamos hacer TODAS las fotos que quisiéramos, TODOS los videos que quisiéramos, que ellos estarían encantados. PERO POR FAVOR, cuando salieran animales, especialmente caballos, las fotos las hiciéramos sin Flash para que los animales no se pusieran nerviosos y se desbocaran. Nada más empezar el espectáculo empezaron a salir borregos, burros y caballos y automáticamente la grada de público se llenó de flashes de las cámaras de fotos. ¿Qué problema mental tiene la gente? ¿Qué es lo que funciona mal en las cabezas de la gente? Un hombre educadamente ha pedido que no se hagan fotos con Flash cuando aparezcan los animales y ha explicado el por qué, ha dado una explicación coherente y sencilla de entender. Por qué no somos capaces de asimilar ciertas cosas? Es como si nos sintieramos ofendidos cuando nos dicen algo así y dijéramos: -A mi me va a decir ese lo que tengo o no tengo qué hacer. Por mis huevos que hago la foto-.
Unos días antes de ir a ver El Alcalde de Zalamea fuí también al teatro romano de Mérida a ver “Edipo Rey” dentro del festival de teatro clásico que se organiza allí. Pues bien, tras el aviso de que se apagaran los móviles y no se hicieran fotos, se apagaron las luces y los flashes de las cámaras de nuevo envolvieron toda la oscuridad. Aún peor, a un señor que estaba sentado a escasos metros de mi le sonó el móvil hasta la friolera de 5 veces. Entiendo que suene una, hasta dos veces, pero si a la tercera vez que te ha sonado el móvil ni siquiera has tenido la dignidad de ponerlo en silencio tienes un problema neuronal. Algo no funciona bien en tu cabeza.
Al parecer a la gente le da igual lo que se les diga, siempre acabarán aplicando la ley de Por Mis Cojones.