Nunca pasa nada

Julio es, para los que nos dedicamos a contar cosas en esta santa tierra, un mes tranquilo. Y agosto, no digamos. Cuando se acercan estas fechas en las redacciones nos entra en canguelo. Es tiempo de recurrir a las típicas serpientes de verano, a esos reportajes que llevan en la nevera esperando la ocasión para cobrar protagonismo en las páginas y informativos radiofónicos. Es época de redescubrir esa comarca que, como Teruel, también existe y que, con las altas temperaturas, rejuvenece con la llegada de veraneantes y esas fiestas en las que no pueden faltar las cordaes y verbenas.

Trabajar en estas fechas, suele comentarse entre los colegas de profesión, es un aburrimiento, un auténtico tostón. Los políticos ponen tierra de por medio, dejan guardadas en el cajón del olvido sus desavenencias con los del otro bando, las trascendentales ruedas de prensa pasan a mejor vida, el deporte está, en su mayoría, de vacaciones, y son pocas, por no decir ninguna, las entidades que se dignan en programar alguna actividad ¿Para qué? si están todos en las playas, se dicen. Vamos, que uno se puede pasar dos meses observando las musarañas sin que se le escape nada trascendente.
Pero, igualmente, en esta santa tierra, en un abrir y cerrar de ojos se puede montar la mundial. La semana precisamente en la que se despedirá el Mundial de fútbol, que recordaremos no por el nombre del equipo campeón sino por aquel en el que Brasil fue humillado y España apaleado, en esta santa tierra se ha montado la que no está escrita.
En un país en el que no dimite ni Dios, en esta tierra hemos tenido la seis dimisiones, seis. Todas en el Casal de Sant Jordi, y con su presidente, Rafael Tortosa, al frente. Los que han quedado han nombrado los asesores y entre ellos, a un mujer, la periodista Xesca Lloria, que se convierte en la primera mujer que ocupa un cargo en la directiva del Casal. En el PSOE, a cuenta de la elección de representantes para el congreso provincial, se han desatado las hostilidades y, por si faltaba algo, dos años después se declara un nuevo brote de legionela en Alcoy.

Pero tranquilos, que aquí en verano nunca pasa nada.

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