No estaba muerto
Tenemos en esta bendita tierra sana afición a autoflagelarnos. A la menor oportunidad le damos a la sin hueso y da igual quién se ponga por delante, porque le ponemos a caer de un burro. Da igual el tema de conversación que se saque en la barra del bar o en ascensor, porque a poco que se den unos mínimos condicionantes, nos rasgamos las vestiduras como nadie. En eso somos los mejores. El cualquier tiempo pasado fue mejor lo llevan algunos grabado a fuego en el pecho y lo tienen tan presente, que ni nada ni nadie es capaz, ahora mismo, de hacerles ver ni pensar lo contrario. La cantinela de que este pueblo no tiene futuro, que nadie hace nada por evitarlo y que estamos muertos sí o sí, se ha instalado tan profundamente en nuestras mentes y corazones, que lo asentimos ya sin la más mínima duda. Somos carne de cañón.
Y cierto es que todo es mejorable, pero me niego a admitir que este pueblo va cuesta abajo y sin frenos. Aquel que se ha dado este fin de semana un paseo por la ciudad, se habrá dado cuenta de ello. Seguro.
El deporte se dio cita para celebrar su particular fiesta, el 3D, un evento en la que participaron 4.000 personas. El Centro de la ciudad se convirtió el sábado durante la tarde y noche en un inmenso escaparate con una amplia y variada oferta comercial, gastronómica y de ocio. Los parajes más próximos de la ciudad ha acogido viernes, sábado y domingo actividades relacionadas con el Día Mundial del Medio Ambiente; en la Glorieta, el domingo, se ha celebrado la primera Feria del Trueque y el mismo día 500 personas pertenecientes a grupos y ‘colles’ venidas desde distintos puntos de la Comunitat animaron las calles con motivo de la Trobada de Nanos i Gegants que ha organizado el Grup de Danses Sant Jordi en su 25 aniversario. Por si faltaba algo, la Armónica Alcoyana, próxima a cumplir cien años, ofreció en la tarde del domingo un concierto con piezas de musicales de Broadway.
Y la festa, que en este pueblo es capaz de cualquier cosa, movilizó el sábado a cerca de dos mil personas, para elegir a siete Mayorales. Este pueblo no está muerto, pero acabará con aquel que quiera seguirle el paso.