Una vergonzosa inauguración
La inauguración de los puentes de Santa Rosa a Batoy y del Francisco Aura Boronat (Viaducto a Zona Nord) no contó con la presencia de varios cientos de ciudadanos alcoyanos que quisieron estar presentes en la puesta en marcha de estas importantes infraestructuras ciudadanas. La asistencia del presidente del gobierno valenciano Alberto Fabra, más que la de otros políticos del PP, provocó el cierre de ambos pasos elevados a través de un importante despliegue policial que negaba al pueblo llano su presencia en el acto aunque la fuerza pública no pudo impedir que en los aledaños de ambos puentes grupos de gente protestaran pidiendo la dimisión de Fabra por una larga serie de negativas decisiones políticas del ejecutivo valenciano.
Acudí a la inauguración del puente de Batoy, pero de lejos como la totalidad de las personas que fueron a presenciar el acto. Desde bancales aledaños al parque de Batoy, en unos descampados, el espectáculo que se ofrecía a la vista era esperpéntico: en medio del paso elevado que se inauguraba se veía un grupo de unas treinta o cuarenta personas y a su alrededor sólo el cemento de la calzada. También se podían ver a muchos policías que controlaban e impedían el paso porque los accesos al puente habían sido cortados por la fuerza pública que acudió con varios furgones y agentes antidisturbios. Aquello daba vergüenza y mucha pena pero el hecho nos da la medida del temor que despierta el pueblo llano entre los máximos dirigentes del Partido Popular, los autonómicos y, al parecer, también los nacionales, porque siempre se rodean de policías en sus apariciones públicas. ¡Los gobernantes protegiéndose de los gobernados! El refranero popular no falla: quien teme, algo debe.
A la vista de lo ocurrido en Batoy renuncié a coger el coche para desplazarme hasta el Viaducto. El día siguiente los medios informativos dieron buena cuenta del ridículo tan espantoso que hizo el presidente del gobierno valenciano, la presidenta de la Diputación provincial y el resto de políticos presentes en el acto inaugural del puente Francisco Aura Boronat, con las entradas del puente y los bancales aledaños llenos de policías que cortaban el paso a los ciudadanos. Al ver las fotos del acto, con un grupito de personas en el centro del larguísimo puente y los ciudadanos alejados por las fuerzas policiales, éstos mirando desde los bancales y otros puntos altos, y rodeados de policías, pensé que esto fue como un aviso de lo que nos espera a los españoles si el PP continúa gobernando con mayoría absoluta.
Viendo el “espectáculo” del puente de Batoy me acordé de la inauguración del puente de Fernando Reig, en la noche del mes de abril de 1987, con miles de personas inundando la plataforma del formidable puente de tirantes, con los políticos que gobernaban entonces también con mayoría absoluta en Valencia y Madrid, un triángulo socialista formado por Alcoy-Valencia-Madrid que tan positivo fue para los alcoyanos. La inauguración del fantástico puente dedicado a la memoria del alcoyanísimo ingeniero Fernando Reig fue una manifestación popular, una fiesta en la que hubo hasta fuegos artificiales y todo.
Pero, al margen de los temores de unos políticos que espero manden hasta que se celebren nuevas elecciones (si esto no ocurre y el PP repite su mayoría absoluta que Dios, en su infinita misericordia, se apiade de la mayoría de valencianos y también de las clases medias y bajas españolas), la realidad es que nuestras infraestructuras viarias han mejorado con los nuevos pasos elevados sobre el río Serpis y el barranco de Trencacaps. El Francisco Aura pudo tener un trazado más lógico pero a lo hecho, pecho.
En cuanto a la clásica “volta als ponts” que tan acostumbrados estamos los alcoyanos, el itinerario ahora podría variar sustancialmente. Una vuelta a los puentes que comprenda el Cristina, Viaducto, Francisco Aura, Petxina y San Roque, o al revés, me parece que obligará a eliminar el Pont de Sant Jordi. Además, no sé cuántos kilómetros tendrá este circuito pero las personas que lo lleven a cabo deberán estar bien comidas y bebidas, sobre todos quienes hagan la vuelta a la inversa o sea, cruzando el Francisco Aura desde la Zona Nord. Porque subir la cuesta que hay hasta el paseo de Ovidi Montllor podría provocar más infartos que el tabaquismo.