El gobierno del PP liquida RTVV

Las Cortes valencianas aprobaron el miércoles día 27 del pasado mes de noviembre el cierre de las instalaciones de la Radio Televisión valenciana decidido por el gobierno del PP en la Generalitat que preside Alberto Fabra. Con esta decisión, los diputados conservadores de las Cortes valencianas afines y dependientes del Partido Popular, gracias a la mayoría absoluta del partido de la derecha que ostenta desde el año 1995, han aprobado la ley de disolución de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), sin que el voto negativo del resto de representantes de otros partidos en las Cortes hayan podido impedirlo. Con el cierre de la emisora pública de radio y televisión valencianos más de 1600 trabajadores han pasado a engrosar las listas del paro.

La liquidación de Canal 9 ha caído como una bomba en la comunidad. A la mayoría de los valencianos nos ha dolido la desaparición de estos medios informativos, sobre todo la televisión que, si bien durante más de dieciocho años ha servido como altavoz de propaganda del PP desde el mismo momento que este partido consiguió alcanzar hace dieciocho años la mayoría absoluta en nuestra Comunidad, al menos en determinadas ocasiones –retransmisiones de fiestas patronales, deportivas, meteorológicas…- sus emisiones resultaban interesantes para amplios sectores de los valencianos, precisamente por resultarnos más próximas.

La liquidación de Canal 9 ha provocado ríos de tinta en todos los medios informativos españoles. El mismo día del cierre, miércoles, viendo la noticia en alguna tele+visión generalista, me cayó la cara de vergüenza cuando se recuperó la noticia del accidente del Metro de Valencia hace siete años, catástrofe en la que hubo varias decenas de muertos, noticia que ese día abrió todos los telediarios de España y posiblemente de Europa pero Canal 9 abrió ¡con la próxima llegada de Papa a Valencia!. De este accidente Canal 9 jamás dio amplia información porque quienes dirigían esta televisión lo impidieron. El refrán no falla: quien teme, algo debe. Pero los televidentes valencianos hacía años que le habían dado la espalda a un medio manipulado por los políticos a pesar que a ambos cobraban de nuestros impuestos.

Canal 9 estaba condenado a morir porque el gobierno del PP lo utilizó como herramienta política, al margen de las más elementales normas éticas y económicas. Voy a contar una anécdota ilustrativa del desprecio que tenían los dirigentes de TVV por la decencia. En el mes de julio de 2011, junto con unos amigos fui con mi mujer a cenar a un bar de Benirredrá, un pueblecito pegado a Gandía. Y me encontré con Miguel Angel Picornell a quien conocí cuando era jefe de deportes de Radio Gandía Cadena Ser. Yo sabía que Miguel Angel había desaparecido de la sección de deportes de Canal 9, donde fue uno de los primeros periodistas, y muy bueno, que llegaron a la tele valenciana. Pude saber que Picornell fue defenestrado para situar en su puesto a algún protegido. “A mí continúan pagándome igual” me dijo, pero por no hacer nada. Fue cesado, que no despedido. Luego supe que su mujer era concejala en Benirredrá por el PSOE…
Canal 9 lo convirtieron los políticos valencianos del PP en su coto privado de empleo. Y de gasto sin control. Y de manipulaciones. Jamás sabremos el dinero que ha costado a los contribuyentes valencianos sus despilfarros. A pesar de todo el comportamiento de los valencianos respecto de Canal 9 ha sido tolerante. Igual que la actitud respecto del gobierno del PP de Madrid. El pueblo valenciano, y español, tras dos años de pérdidas de derechos, de recortes salariales y de crecimiento del desempleo, apenas ha manifestado su descontento. El pueblo español lo está tragando todo pero la derecha, autoritaria por naturaleza, ahora va a aprobar una ley contra la libertad de manifestación. El gobierno de Rajoy no quiere protestas en la calle, ni huelgas, ni nada. Algunas multas podrían alcanzar los 600.000 euros. Están locos. A lo peor esto acaba como el “ball de Torrent”.

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