La consellera de Cultura visita la torre de Almudaina

La consellera de Educación, Cultura y Deporte, María José Català ha visitado la Torre de Almudaina, en la comarca de El Comtat, que está siendo restaurada por la Diputación Provincial de Alicante.

Durante su visita, ha tenido la oportunidad de firmar en el libro de honor del Ayuntamiento, acompañada del alcalde del municipio, José Luis Seguí, alcalde decano de la Comunitat Valenciana, dado que lleva 42 años al frente de su municipio y del diputado provincial, Javier Sendra.

En este sentido, Català ha destacado que en la Comunitat Valenciana “hay auténticas joyas culturales y patrimoniales que debemos poner en valor y que todos los ciudadanos deben conocer”.

“La provincia de Alicante hace un esfuerzo admirable por la protección de su patrimonio cultural y mira hacia el futuro sin perder de vista sus raíces y su pasado”, ha asegurado.

En este sentido, ha añadido que el turismo cultural es una opción necesaria para los pueblos de interior de nuestra Comunidad, “recuperar su patrimonio es la mejor apuesta por su dinamización”, ha afirmado.

Torre Almohade

Esta Torre Almohade cuya construcción se sitúa en torno al siglo XII-XIII, es uno de los atractivos patrimoniales más importantes de Almudaina junto a la Iglesia Parroquial de San Bartolomé Apóstol y la Ermita del Santísimo Cristo del Socorro, que son bienes de relevancia local.

La torre de Almudaina es Bien de Interés Cultural desde el año 1996 lo que ha garantizado su protección a lo largo de estos años. Almudaina significa “fortaleza”, de ahí que se considere esta torre como el origen del nombre de la localidad. La Torre debió ser el punto defensivo de una alquería que daba paso a la actual población cuyo casco urbano se sitúa a su alrededor.

Según la Consellera, “tenemos autenticas joyas culturales que debemos saber poner en valor, ningún valenciano debe perder la oportunidad de conocerlas”.

Se trata de una construcción prismática de planta cuadrada. El sistema constructivo es muro de tapial con argamasa de cal y arena. El interior está divido en cinco pisos con habitaciones cuadradas de poco más de cuatro metros de lado; se comunican por medio de una escalera de caracol situada junto al acceso. Los forjados son planos con nervios de madera. La cubierta es inclinada a dos aguas con teja curva posiblemente su realización es posterior a la fase inicial de construcción.

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