No vore’s cera en l’orella

La frase No vore’s cera en l’orella expresa dificultades económicas, al estilo de las valencianas estar baló, no tindre un clau, o de las castellanas no tener un céntimo, estar pelado, estar chato, estar a dos velas o estar a ruche. A la vista del presupuesto del Ayuntamiento para el año 2022, pueden aplicar cualquiera de ellas, porque las alarmas han saltado en la plaza de España, 1.

¿Cómo tienen las arcas municipales Antonio Francés, sus concejales exclusivos y sus asesores no menos exclusivos? ¿Cuántos proyectos ha ejecutado durante estos once años de gobierno socialista? ¿Y si había pedido préstamos para ejecutar obras que finalmente no ha realizado, dónde ha ido a parar ese dinero?

Nunca antes en el Ayuntamiento una interventora, la técnica responsable de controlar la gestión económica del Gobierno, ha firmado un informe tan duro como el que analiza las cuentas del PSOE para 2022: afirma que estamos ante unas cuentas irreales, que los gastos se disparan sin que haya ingresos suficientes para hacerlos frente, que existe una excesiva dependencia del endeudamiento y de las subvenciones, que el gobierno municipal utiliza el préstamo para pagar gastos corrientes.

¿Quién pagará en el futuro este desaguisado? De momento empezamos a pagar los delirios socialistas los sufridos contribuyentes de siempre, soportando una alta presión fiscal y la aparición de nuevos impuestos como el del alcantarillado. Nuevos diezmos que contaron con la inestimable complicidad de aquellos que se las daban de Robin Hood y han demudado en Sheriff de Nottingham de chichinabo.

Ante esta situación presupuestaria, el gobierno socialista de Alcoy, en lugar de actuar con mesura y atender la voz de los técnicos de la casa, ha optado por la patada a seguir, jugada que el rugby utiliza cuando el jugador que tiene posesión está a punto de ser agarrado y opta por dar un puntapié al balón y que sea lo que Dios quiera. Lo triste es que no estamos en el Seis naciones sino jugándonos el futuro de la ciudad.

Un futuro que, en estas manos, pinta muy negro. De hecho, el PSOE ha eliminado la partida para el parque empresarial de Pagos. ¿Cuántas inversiones se estarán perdiendo por esta incapacidad de crear suelo industrial? La patronal muestra preocupación por el retraso en la tramitación del Plan General y distintos sectores independientes de la sociedad civil empiezan a lanzar alertas en este mismo sentido.

No sólo en el ámbito industrial se observa dejadez. ¿Alguien se acuerda de que en 2021 fuimos capital cultural de la Comunidad Valenciana? No ha servido ni para reabrir el Teatro Principal, que continúa cerrado por cuarto año consecutivo.

Sin una gota de humildad, Francés y los suyos continúan con sus anuncios y propaganda, huyen de la realidad y así es imposible solucionar los problemas. Al igual que el hidalgo del Lazarillo de Tormes, que se ponía migas de pan sobre la barba para aparentar que había comido, ellos actúan como si todo funcionara a la perfección. Su único horizonte son las elecciones de 2023 y para ello es imprescindible continuar con el espectáculo: anuncios grandilocuentes para hacernos creer que todo funciona a las mil maravillas

El PSOE proclama ufano que ha creado una zona de bajas emisiones. Sólo por los cruces (¿Smart crossing?) de San Mateo/El Camí, Casa Blanca/Gonzalo Barrachina y Santo Tomás/Sant Jaume se les debería caer la cara de vergüenza… Sin embargo, no solo no han dado marcha atrás, sino que han tirado para adelante y han reventado las calles de un Bien de Interés Cultural como es el Centro con una reurbanización low cost no autorizada por la Conselleria de Cultura. ¿Cuántos desmanes más nos esperan? ¿A qué precio? Y ¿Con qué dinero?

Ahora nos encontramos con un presupuesto irreal que puede hipotecar todavía más el futuro. No es momento de disparar con pólvora de rey, especialmente si escasea la pólvora. Hay que aprovechar cada recurso al máximo y dirigirlo allí dónde más falta hace. En esa labor constructiva y de remar en la buena dirección nos encontrarán siempre. Hay que trabajar con discreción, que cada céntimo de euro sea aprovechado y no se despilfarre sin ton ni son, con el único objetivo de que Alcoy sea una ciudad próspera y boyante.

Por Kiko Cantó Coloma. Concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alcoy

 

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