38 años sin Felix Rodríguez de la Fuente

-* VANESA CARBONELL. Educadora/entrenadora canina

El 14 de marzo es una fecha conmemorativa para todos aquellos que fuimos y somos admiradores de Félix Rodríguez de la Fuente. Félix nació un 14 de marzo de 1928 en tierras burgalesas, y nos dejó el 14 de marzo de 1980; este 14 de marzo de 2018 Félix estaría cumpliendo 90 años.
Y por estos dos aniversarios, es por lo que televisión española ha dedicado toda una semana a divulgar muchos capítulos de algunas de sus series, y nos ha regalado un programa especial en homenaje al naturalista. Hemos podido disfrutar de imágenes inéditas de sus trabajos de investigación, escuchar entrevistas a personas importantes actuales del entorno de Félix, como Benigno Varilla, Luis Miguel Domínguez, Carlos Tabernero o de su hija Odil y su mujer Marcelle.

Félix Rodríguez de la Fuente no necesita ninguna presentación. Puede contarse como uno de los personajes españoles más conocido y admirado. Todos sabemos que fue un ferviente amante y defensor de la naturaleza, y que el programa que más lo representa es “El hombre y la tierra”. Personalmente, no llegué a disfrutar de estos programas cuando Félix todavía vivía, pero recuerdo que mi abuelo me contaba que, cuando se emitía, reunía frente al televisor a todos los miembros de la familia; padres, madres, abuelos, hijos y nietos se sentaban a escuchar al gran naturalista.
Félix se sitúa como uno de los pioneros en la defensa de, ya no solo del lince, oso y lobo ibérico, sino de nuestro entorno en general, que en aquella época estaba especialmente descuidado y maltratado. Logró que nuestro preciado lobo ibérico pasase de ser considerado una alimaña a especie cinegética; dejando en nuestras manos el siguiente paso, pasar de especie cinegética a especie protegida. Luchando fervientemente por esta causa tenemos varias asociaciones en España, entre ellas Lobo Marley, que este próximo domingo 18 de marzo ha organizado por tercer año consecutivo, la gran manifestación en defensa del lobo ibérico.

Si nos vamos al plano personal, hay varias razones por las que Félix es todo un referente para mi. No solo por su amor y pasión por la naturaleza, tampoco solo por su voz que me atrapó desde el primer momento que la oí; con ese castellano impecable, magnético y diáfano; sino también – y sobre todo – por algo que llegó a realizar más allá del mero hecho del estudio observacional de la fauna. Félix realizó un experimento que cualquier amante del comportamiento animal desearía poder pasarse por las manos; tuvo el gran privilegio de poder troquelar varias camadas de lobos – ésto es, habituarlos a las personas desde casi su nacimiento para luego poder observarlos y estudiarlos con unos privilegios inimaginables hasta entonces -. Ésto, que actualmente podría hacerme dudar de su trasfondo ético, logró ayudar al lobo ibérico hasta tal punto que lo salvó de su inminente extinción en tierras españolas. Gracias a los trabajos de troquelado de lobos de Félix, pudimos conocer más de cerca a este depredador y así, argumentar a su favor como especie imprescindible en nuestro medio natural. Si a ésto sumamos que tuvo como mascota un zorro, que aprendió y practicó el arte milenario de la cetrería, que viajó por todo el mundo estudiando diferentes especies, entre otras cosas relacionadas con animales…cualquiera que me conozca sabrá que me habría encantado estar en su lugar.

Siempre me ha gustado estudiar las biografías de las personas que admiro, me interesa enormemente cómo transcurrieron sus infancias, y qué tipo de padres tuvieron – ¿será por ese afán de correlación que tenemos los psicólogos? ¡quién sabe! -. Félix nació en una familia acomodada en un pueblo de Burgos llamado Poza de la Sal. Su casa siempre se describe como un lugar lleno de libros, y sus padres como personas cultivadas y preocupadas por la educación de sus hijos. Tanto era así, que Félix no pisó una escuela hasta pasados los 10 años, su educación la recibió hasta entonces en la biblioteca de su casa, por parte de su padre, notario de profesión. Sus días transcurrían entre clases y paseos por los parajes naturales de su pueblo. Félix se licenció en Medicina, y más tarde se especializó en estomatología; pero nunca llegó a ejercer como odontólogo. Su gran pasión por la naturaleza le llevó a encaminar su vida a la divulgación y el estudio científico de la fauna y el entorno. Tan enserio se tomó su nuevo camino, que llegó a ser uno de los divulgadores más conocidos del mundo, y su enciclopedia “Salvat de la Fauna” fue traducida a más de quince idiomas, y sus programas y documentales fueron premiados en festivales internacionales.

Félix falleció el 14 de marzo de 1980 en Alaska, en un fatídico accidente aéreo cuando se encontraba rodando la Iditarod, la carrera de Mushing – perros de tiro de trineo – más importante del mundo. Dicen los archivos que justo ese día, Félix comentó ¡qué hermoso lugar para morir!
Nuestro querido Félix nos deja un gran legado, seguir luchando por la conservación de nuestro entorno y de nuestras especies; especialmente de nuestro super predador el lobo ibérico, este fantástico y sobre todo imprescindible animal que puebla nuestro país y que, a pesar de que muchos intentan hacernos creer que es perjudicial, cualquiera con conocimiento objetivo de la naturaleza y comportamiento del lobo y su medio sabe que sin ellos, nuestro medio ambiente está condenado a la destrucción.

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